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EL ORIGEN DEL PUEBLO

Los filisteos, un pueblo de la Antigüedad, son definidos como el enemigo de los israelitas, bárbaros y materialistas (Diccionario de uso del español, María Moliner). Los documentos más antiguos que hacen referencia a este pueblo histórico son los documentos egipcios sobre los Pueblos del Mar. Las migraciones de estos pueblos a finales de la Edad de Bronce dieron origen a los filisteos. De acuerdo a estas fuentes egipcias, la primera oleada migratoria fue encabezada por los aqueos (ekwesh) y en la segunda ya participaron los filisteos, llamados peleset.

Ambos grupos de los Pueblos del Mar, tras su enfrentamiento con los egipcios, se establecieron, a partir del siglo XII a.C., en la costa suroeste de Canaán, en la región de la actual Franja de Gaza (Palestina), desde donde se extendieron al norte hasta casi la actual Tel Aviv (Israel). Aquí, la cultura original de los filisteos -una cuestión, por cierto, polémica- empezó a parecerse a la de cananeos y hebreos.

Fuentes:

Alvar, Jaime (1989). Los pueblos del mar y otros movimientos de pueblos a fines del II milenio. Historia del mundo antiguo. Madrid: Akal.

Bravo, Gonzalo (1998). Historia del mundo antiguo. Una introducción crítica. Madrid: Alianza Editorial.

Dothan, Trude; Dothan, Moshe (2002). Tras las huellas de los filisteos. Barcelona: Bellaterra.

ANTECEDENTES I: CRISIS DEL 1200 a.C.

El 1200 a. C. es una fecha clave para entender el fin del característico carácter cosmopolita de la Edad del Bronce, debido a una etapa de aislamiento, provincialismo y pobreza, de una innegable crisis de la que surgieron las culturas de la Edad del Hierro.

La crisis estuvo caracterizada por una crisis demográfica, que derivó en una crisis económica e institucional, pues se produjo un desequilibrio con el excedente y los estados desaparecieron completamente con la destrucción de los palacios, ya que el sistema político estaba enteramente centrado en ellos.

Durante el siglo XIX, se afirmó que esta crisis generalizada se originó, entre otras causas, debido a las incursiones de los Pueblos del Mar.

Fuentes:

Alvar, Jaime (1989). Los pueblos del mar y otros movimientos de pueblos a fines del II milenio. Historia del mundo antiguo. Madrid: Akal.

Bravo, Gonzalo (1998). Historia del mundo antiguo. Una introducción crítica. Madrid: Alianza Editorial.

ANTECEDENTES II: LOS PUEBLOS DEL MAR

PROCEDENCIA:

La vinculación de los pueblos del Mar con la cultura micénica cada vez es más clara. De hecho, algunos de ellos serían, con seguridad, de procedencia helénica. Sin embargo, el origen de algunos de los pueblos no está claro. Prácticamente todos ellos pertenecerían a la región de Anatolia Occidental-Egeo-Norte de Siria (aunque en muchos casos estas procedencias son dudosas). La actual investigación busca las causas de su desplazamiento en la situación interna del Mediterráneo Oriental del momento, y se descartan las teorías de los desplazamientos de larga distancia.

CAUSAS DE SU MOVILIZACIÓN:

No conocemos las causas exactas que provocaron los movimientos, pero debemos tener en cuenta algunos datos: El rey hitita Tudhaliya IV (1265 -1235 a.C) puso en marcha un bloqueo económico a los asirios cuando estos amenazaban con expandirse militarmente. El objetivo era impedir el abastecimiento a partir de las rutas comerciales del norte de Siria. Al mismo tiempo empeoraron las relaciones entre Hatti y Ugarit, pues el segundo no colaboraba lo suficiente en el bloqueo. Los efectos económicos negativos que provocó el bloqueo tanto en Ugarit como en Asiria motivaron el aumento de las tensiones. Tudhaliya IV llevó a cabo una operación militar contra Chipre. La isla era un centro comercial importante, pues era el suministro de cobre para toda la región. Es posible que una serie de cambios políticos en la isla motivaran al rey hitita a su conquista en 1235 a.C.. Sin embargo, hacia 1210 los hititas se retiraron de la isla, que fue saqueada y destruida, y esta oleada también afectó a Ugarit. Los asaltantes se asentaron en Chipre. Mientras, hacia 1240 – 1230 Troya es destruida. Los agentes parecen ser los micénicos/aqueos, y la causa pudo ser eliminar el intermediario troyano de los clientes situados al otro lado de los Dardanelos. Aunque por otro lado, se baraja la posibilidad de que los aqueos quisieran acabar con las acciones piratas de los lukka y los ahiyyawa, supuestamente troyanos. La larga guerra de Troya y los efectos devastadores que esta causó en el territorio supuso la diáspora de sus aliados y la movilización de grandes masas de población: la tierra, agotada por la contienda, y las ciudades arrasadas no ofrecían posibilidades de supervivencia, por lo que emigraron hacia la zona de Libia, donde se planearía el ataque contra una primera invasión a Egipto rechazada por Meremptah. Entre estos se encontraban los ekwesh, teresh, lukka, shardana y shekelesh. Así, los micénicos con la destrucción de Troya plagaron el Egeo de desarraigados que buscaban desesperadamente su supervivencia. Los propios palacios micénicos cayeron ante esta oleada, que continuó y alcanzó Chipre y Ugarit hacia el 1210.

DESTINO:

Tras esto, algunos se instalaron en Palestina, como los peleset, los tjeker y los denyen. Algunos de los pueblos que aparecen en las fuentes egipcias como invasores ya habían sido usados como mercenarios, incluso en los momentos anteriores a la invasión, y es posible que los faraones permitieran que los filisteos y otros grupos se establecieran en Palestina reemplazando a sus propias tropas de guarnición, y les cedieran la gestión de esos territorios insostenibles ya para Egipto. Otro grupo se dirigió al Mediterráneo Central: los shardana acabaron en Cereña, los teresh en Etruria y los shekelesh en Sicilia. Entre ellos habría semitas procedentes de las regiones arrasadas de la zona sirio-palestina, indoeuropeos micénicos, quizá hititas, preindoeuropeos anatolios… Lo que sí se sabe es que eran grupos reducidos, pues apenas dejaron huella en el registro arqueológico en las zonas donde se asentaron, por lo que serían rápidamente absorbidos por las poblaciones autóctonas. Pero fueron tan potentes que lograron imponer sus nombres a las regiones que les dieron cobijo.

Fuentes:

Alvar, Jaime (1989). Los pueblos del mar y otros movimientos de pueblos a fines del II milenio. Historia del mundo antiguo. Madrid: Akal.

ORÍGENES: ESTILOS DE VIDA

Phythian-Adams descubrió, durante la excavación de Ascalón, bajo una capa gruesa de tierra negra mezclada con cenizas, los estilos de cerámica que representaban la cultura de Ascalón -una de las ciudades de la pentápolis filistea- antes de la llegada de los filisteos.

Las importaciones que encontró de cerámica micénica y chipriota le indicaron la gran influencia que ejerció Micenas sobre Ascalón. Tanto la cantidad como la función de las cerámicas importadas eran el resultado de un comercio importante y de una determinada orientación cultural: la aceptación de los rituales festivos de la cultura minoica-micénica.

Sin embargo, el hecho de que entre la cerámica filistea descubierta encima del nivel de destrucción aparecieran servicios para el consumo de vino totalmente distintos denotó tanto una técnica diferente como un estilo de vida distinto, según Phythian-Adams. Aparecieron, en lugar de los kylixes micénicos -copas de vino de cuerpo profundo y ancho levantado sobre un pie y con dos asas simétricas- y los cuencos chipriotas de perfil anguloso y base anular, las pesadas cráteras y copas filisteas con asas horizontales, asociadas al origen aqueo y septentrional de los filisteos, como apuntó Mackenzie. En opinión de Phythian-Adams, este tipo cerámico se podía considerar de inspiración griega. Como ejemplo, el famoso Vaso de los Guerreros, descubierto por Schliemann en Micenas, que sirvió para ilustrar el contraste cultural entre los aqueos indoarios y los pacíficos príncipes y sacerdotisas minoico-micénicos anteriores. A diferencia de Mackenzie, Phythian-Adams tenía la prueba que explicaba la conexión entre la llegada de los filisteos a Canaán y la oleada de invasiones del norte responsable de la destrucción de la civilización minoico-micénica.

Tristemente, estos importantes hallazgos del período filisteo no fueron suficientes para atraer las ayudas públicas necesarias para subvencionar los gastos de la excavación. A la vista de los inmensos estratos con restos de los períodos árabe, cruzado, romano y helenístico que había en el área se llegó a la conclusión de que nadie podría excavar en profundidad para llegar al nivel filisteo salvo un gobierno o sociedad muy rica.

Phythian-Adams se vio obligado a dar comienzo a otro proyecto menos ambicioso: determinar si las transformaciones culturales que había descubierto en Ascalón podían extenderse a otras ciudades de Filistea. Decidió empezar la investigación en Tell Haruba (Gaza), la ciudad más famosa de la pentápolis filistea. Tras la dificultad para alcanzar el nivel filisteo y las ásperas negociaciones con los propietarios locales, Phythian-Adams se dio por vencido y se trasladó a Tell Jemmeh, en la frontera entre Canaán y el Sinaí, pero también tuvo que abandonar por los continuos enfrentamientos entre los contrabandistas beduinos y la policía británica del Protectorado.

A pesar de todos estos contratiempos, Phythian-Adams logró reunir una cantidad importante de muestras perfectamente estratificadas de cerámica filistea, convencido de que, entre todo el repertorio cerámico filisteo, las formas del norte eran las más importantes para determinar su origen geográfico. En 1923 publicó en el Bulletin of the Brithish School of Archaeology in Jerusalem un artículo titulado «El origen de los filisteos a la luz de la arqueología palestina» en el que establecía dichas relaciones en su análisis de la cerámica junto con otras evidencias arqueológicas, históricas y lingüísticas.

Fuentes:

Dothan, Trude; Dothan, Moshe (2002). Tras las huellas de los filisteos. Barcelona: Bellaterra.

UNA APROXIMACIÓN A LA TIERRA ORIGINAL DE LOS FILISTEOS

Phythian-Adams en su artículo «El origen de los filisteos a la luz de la arqueología palestina» escribió que, desde finales del siglo XIX, se había reconocido el parecido entre los nombres de los distintos Pueblos del Mar, mencionados en los documentos egipcios, y las listas de combatientes de la Guerra de Troya que aparecen en la Ilíada. La coincidencia más llamativa era la que había entre los ekwesh y los aqueos, que llevó a sugerir a Mackenzie que los filisteos y los otros Pueblos del Mar estaban relacionados con los invasores aqueos del norte. Según Phythian-Adams, la solución al misterio de los filisteos tendría que basarse en una revisión de las teorías sobre el país de origen de los aqueos. Teniendo en cuenta que los aqueos se desplazaron hacia el sur en dirección al Peloponeso y los filisteos en dirección sureste hacia Canaán, el país de origen de ambos pueblos podía estar en algún punto del norte de la península balcánica, donde se dividían las rutas terrestres hacia sus respectivos destinos posteriores.

En Yugoslavia, cuando la excavación arqueológica estaba empezando, Phythian-Adams descubrió en las excavaciones de la necrópolis del Bronce Antiguo (Glasinatz) la tumba de un guerrero enterrado con su yelmo, sus grebas, su escudo y su lanza, ítems que se asemejaban a la descripción de la armadura del caudillo filisteo Goliat y con la de los héroes homéricos. Además, el ajuar funerario de Glasinatz incluía varias cráteras y vasijas parecidas a las que ya había descubierto en los estratos filisteos de Ascalón.

En la geografía física de los Balcanes, al norte de las rutas terrestres que llevaban al sur, descubrió varios topónimos antiguos, como Dardania y Sardica, que recordaban los nombres de los derden y los sherden, estos últimos aliados de los filisteos. Concluyó que la cuna de los filisteos se hallaba en un punto de la costa iliria de la península balcánica, donde había visto en mapas geográficos un nombre lingüísticamente similar al nombre egipcio de los filisteos: los pirvstae.

La evidencia reunida por Phythian-Adams llevó a una única deducción que encajaba a los filisteos y los Pueblos del Mar en la Historia arcaica del Egeo, destructores de la cultura minoico-micénica y representantes de la nueva era helena. Así, los filisteos podrían considerarse los primeros europeos de la historia bíblica. Sin embargo, seguían siendo bandidos y piratas históricos, los destructores de una civilización antigua.

Fuentes:

Dothan, Trude; Dothan, Moshe (2002). Tras las huellas de los filisteos. Barcelona: Bellaterra.

CONTRATEORÍA

Walter Abel Heurtley, licenciado por la Universidad de Oxford en la especialidad de arte preclásico, tomó la posesión de su nuevo cargo en el verano de 1920 como director ayudante y bibliotecario en la Escuela Británica de Arqueología, que representaba entonces la delantera de la evolución de la arqueología egea y la de la Edad del Bronce.

El director de la escuela, Alan Wace, tenía permiso del gobierno griego para llevar a cabo excavaciones en Micenas. Durante ese proyecto, Heurtley hizo un descubrimiento que puso en duda algunos de los supuestos históricos acerca del origen y la historia de los filisteos.

Los arqueólogos británicos hallaron un área relativamente intacta de sedimentos en el ala occidental, donde buscaron y encontraron evidencias estratigráficas fiables para poder determinar la fecha y circunstancias de la destrucción de Micenas. Los hallazgos más espléndidos en aquel área aparecieron en una estructura unida a la muralla de la ciudad que Wace llamó el Granero, porque allí, en el suelo del sótano, descubrieron vasijas de almacenamiento intactas llenas de trigo carbonizado.

El Granero había sido destruido durante una intensa guerra que parecía marcar el final de la ocupación del yacimiento. Si las teorías de Evans eran correctas, lo lógico hubiera sido que los cuencos y cráteras con el típico friso «del norte» -que se consideraba la evidencia de la llegada de los invasores aqueos- aparecieran encima del nivel de destrucción. Pero Wace y Heurtley descubrieron que los llamados pueblos del norte (Pueblos del Mar) ya estaban presentes en Micenas mucho antes de que la ciudadela fuera conquistada e incendiada, de manera que no eran intrusos sino fruto de la propia cultura micénica. Además, pese a su aparición  tardía en la secuencia estratigráfica, los hallazgos en el Granero constituían la última evolución cerámica. Cuando Micenas fue destruida, los recipientes con friso ya habían sido totalmente sustituidos por un estilo ornamental más sencillo, al que llamaron Estilo Granero.

Mientras que la popularidad del patrón cerámico filisteo con friso en Micenas y su desaparición antes de su destrucción fue un golpe para la tesis comúnmente aceptada de la implicación filistea en una repentina oleada de invasiones, para Heurtley sólo fue la primera fase del desarrollo de una teoría totalmente nueva sobre los filisteos.

Durante la minuciosa búsqueda arqueológica en Macedonia, Heurtley encontró más pruebas contrarias a la secuencia de acontecimientos establecida, pues descubrió una evidencia que hacía totalmente improbable la conexión de los filisteos y los Pueblos del Mar con los Balcanes. En varios yacimientos encontró señales inequívocas de destrucción de los asentamientos tardomicénicos; pero al igual que en Micenas, en todos los casos la destrucción se había producido después de la aparición de la «Cerámica de Granero». Por este motivo, había que buscar el origen de los filisteos en el seno de la civilización micénica.

En 1932 Heurtley aceptó un puesto en el Departamento Palestino de Antigüedades que le permitió examinar varios hallazgos cerámicos de las ciudades de Filistea. Su análisis demostró que las cerámicas filisteas poseían una estrecha familiaridad con las tendencias artísticas de todo el mundo tardomicénico. Lo más increíble de esa familiaridad era que el estilo tardomicénico sólo se conservaba en Filistea, ya que todas las cerámicas del siglo XII a.C. (tanto las de Grecia continental como de las islas jónicas, de Creta, Rodas y Chipre) habían abandonado la tradición micénica en favor del nuevo Estilo Granero, totalmente ausente en la cerámica filistea.

Con esto, parecía que los filisteos quedaron aislados del resto del mundo egeo por alguna razón aún no explicada, y siguieron produciendo los estilos micénicos mucho tiempo después de que hubieran desaparecido del Egeo.

Fuentes:

Dothan, Trude; Dothan, Moshe (2002). Tras las huellas de los filisteos. Barcelona: Bellaterra.

 

PROCESO DE OCUPACIÓN DE LOS FILISTEOS

La evidencia arqueológica habla en favor de una migración egea al sur levantino en el siglo XII. La ocupación egea no fue un simple episodio de unificación de migración y conquista violenta, como sugiere la inscripción del 8º Año de Ramsés III y las cartas de Ugarit, sino una serie compleja de los procesos de migración más o menos simultáneos y con una gran variabilidad entre los distintos yacimientos de Filistea.

El concepto de Pentápolis, las cinco ciudades-estado de los filisteos y la base de una confederación panfilistea, se basa en las referencias bíblicas, y no hace falta comulgar con la datación temprana de la tradición bíblica para aceptar que el sistema filisteo existió posiblemente incluso desde el primer asentamiento egeo. Existía una división territorial la cual es documentada mediante dos datos. El primer dato es la evidencia de su rango-tamaño en Filistea. Las cinco grandes ciudades filisteas de los siglos XII y XI eran Ashdod, Ascalón, Ekron, Gaza y Gad. Existía unión entre algunas de estas ciudades y los Pueblos del Mar, hecho que demuestra su centralidad en la ocupación territorial de los grupos egeos. El segundo dato procede del Onomasticon de Amenope, compilado hacia el año 1000 a.C., y que refleja una realidad de finales del siglo XII a.C.

La división en comunidades políticas con centros en la Pentápolis vino acompañada de un cambio radical en el patrón de asentamiento durante el periodo de transición del Bronce al Hierro antiguo. Pero la confirmación de la crisis de los asentamientos del siglo XII se materializaría en los grandes centros. De hecho, el único yacimiento que evidencia crecimiento en el siglo XII es Ekron, que llega a ocupar una superficie de unas veinte hectáreas. El crecimiento urbano observado en Ashdod y Ascalón tuvo lugar solo a finales del siglo XI, cuando Ascalón se fortificó por primera vez. Pero previamente, ambas ciudades habían conservado su extensión del Bronce reciente, de entre seis y ocho hectáreas cada una. Y lo mismo se observa en Gad: si la ocupación del Bronce reciente de Gad abarcaba una superficie de entre veintisiete y treinta y cuatro hectáreas, la del siglo XII se habría limitado solo a la parte alta del tell, con una superficie de unas siete hectáreas. Y en el siglo XI creció de forma considerable hasta abarcar una superficie de veintitrés hectáreas.

La incertidumbre sobre la eventual reacción de la población local llevaba a veces a los colonos a elegir un lugar de destino inicial basándose sobre todo en sus capacidades defensivas. Solían seleccionar pequeñas islas o penínsulas en grandes bahías; en el siglo VIII a.C. los eubeos decidieron asentarse en Pitecusa, en la isla de Ischia, en la bahía de Nápoles; los thereos ocuparon la isla de Platea, junto a las costas libias; y los peregrinos del Mayflower se asentaron primero en Provincetown, en Cape Cod. En ocasiones, cuando la interacción con la población indígena se normalizaba, o cuando las relaciones de poder entre inmigrantes y locales eran favorables a los primeros, algunos asentamientos se desplazaban a lugares agrícolas y económicamente mejores.

Estos patrones de asentamiento se notaron en la isla de Motya, en Sicilia. Sin olvidar, por supuesto, que según Tucídides, los fenicios se asentaron en promontorios e islas en torno a Sicilia para poder comerciar con los sikels, y que si ocuparon Motya fue por el peligro externo que suponía el número creciente de colonos griegos. Frente a la idea generalmente aceptada sobre el carácter marítimo y agresivo de los filisteos, resulta sorprendente que el miedo a un ataque exterior, de egipcios u otros, y la necesidad de acceso a puertos protegidos no fueran consideraciones fundamentales a la hora de elegir un lugar donde asentarse. Resulta sorprendente que la mayoría de las ciudades que formaban la Pentápolis, sus migrantes buscaran con más ansia la tierra que el mar. La creación de colonias filisteas fue el resultado de un esfuerzo cooperativo de migrantes y poblaciones cananeas locales aliadas con los recién llegados.

La última prueba del importante rol desempeñado por la población cananea en la fundación de los yacimientos filisteos es el uso ininterrumpidos de topónimos semitas: Gad, Askalón y Ekron. Estos nombres evidencian una clara continuidad del Bronce al Hierro.

Fuentes:

Yasur-Landau, A., 2012. Los Filisteos: La migración egea a finales de la Edad del Bronce. Barcelona. Bellaterra.

https://www.ed-bellaterra.com/uploads/pdfs/LOS%20FILISTEOS.pdf

 

 

ECONOMÍA FILISTEA

Como en todas las civilizaciones, la parte que determina los fundamentos de la civilización filistea, ya sea su culto, sus tradiciones, estilos de vida y moral, es la infraestructura económica. Por tanto, es importante situarnos y estudiar la economía del pueblo filisteo y su contexto.

¿RECOLECCIÓN O PRODUCCIÓN?

Tras la llegada de inmigrantes a las poblaciones de Ascalón, Ashdod y Tel Miqne-Ekron, se produjo un cambio radical en  la cría de animales y la modernización del sistema de subsistencia que los migrantes ya habían introducido anteriormente.  Esto se debe a que los asentamientos filisteos, al relacionarse con los demás migrantes, fusionaron su cultura con las nuevas teorías aprendidas. Pero esta no es la única causa, también podríamos interpretar esta modernización a partir del cambio del patrón de asentamiento entre el sistema cananeo que coexistía en el Bronce reciente en contraste con el nuevo patrón de población dispersa de la Filistea del Hierro antiguo.

A partir de los restos encontrados en diferentes asentamientos, podemos encontrar un cambio en la proporción de cría bovina, porcina y de bóvidos caracterizado por varios fenómenos. Se puede apreciar un incremento de la cría de cerdo a partir de los restos hallados en las dos ciudades más destacadas de la Pentápolis, Ascalón y Tel Miqne-Ekron, al igual que de bóvidos; consecuentemente con una disminución de ovicápridos.

Ashdod, por el contrario, al ser el estrato más antiguo del asentamiento filisteo, muestra un panorama diferente caracterizado por la importancia del pastoreo. Sin embargo, también hay un alto porcentaje de cría de cerdos.

Al tener el aumento de cría porcina como aspecto común en todos los asentamientos, podemos interpretar que esto no es casualidad ni coincidencia, sino que realmente se adhiere a unos hechos, por lo que es menester que investiguemos las causas de esto.

Los investigadores B. Hesse y P. Wapnish exponen diferentes teorías:

  1. En sociedades agropastoriles se encuentra más cría de cerdo que en las sociedades que basan su economía en una agricultura intensiva (normalmente coligada a la cría de vacuno).
  2. La cría de cerdo sirve de indicador del nivel de integración regional en política, pues aparece asociado a la economía rural de subsistencia.
  3. Gracias a la cría de cerdo, se obtienen proteínas más rápidamente, postergando el uso de las reses y ovejas cuando la economía ha madurado.
  4. La carne de cerdo no se considera un producto de lujo, sino que se corresponde con los estratos sociales más bajos.

En definitiva, podríamos decir que la migración fue la creadora del impulso que el pueblo filisteo necesitaba para acabar con sus antiguos sistemas de pastoreo y lanzarse como productor de carne y cría de reses y cerdos, debido a su facilidad para adaptarse estos a las llanuras.

Este impulso se debió a diversos problemas que surgieron en la población: la llegada de nuevos pueblos y nuevas gentes conllevó a la necesidad de conseguir proteínas con más rapidez; además del aumento de la población urbana y la menor integración, que tuvo como consecuencia el menor control de la élite de los mercados y productos cárnicos.

EL ORIGEN DEL CAMBIO

¿Este cambio de modelo económico se dio al azar, o realmente podríamos concretar sobre algún maestro con modelos más avanzados que instruyese al pueblo filisteo?

Ciertamente hay un origen, un pueblo predominante más maduro y evolucionado. A partir de investigaciones, hemos encontrado que los yacimientos de cría de cerdo, oveja y cabra en diferentes asentamientos filisteos guardan similitudes con los encontrados en asentamientos egeos y chipriotas. En teoría, existen dos importantes razones que explicarían esta similitud:

  1. Si nos apoyamos en la explicación difusionista, podemos comprobar que los migrantes egeos, basándonos en diversos yacimientos, trajeron de sus lugares de procedencia su modelo de economía que exportarían al pueblo filisteo.
  2. Si nos apoyamos, por el contrario, en la explicación evolucionista, podemos observar que unas estructuras socioeconímicas similiares también arrojarían porcentajes similares. Es decir, las condiciones del proceso de ocupación y la estructura social de Filistea se habrían acercado a las estructuras de otros yacimientos egeos.

Mientras que los yacimientos cretenses de Knossos y Kommos son los más alejados de los porcentajes de cría de Filistea (siendo incluso más equilibrados los del Egeo), la ciudad que presenta una proporción casi idéntica a Filistea es Tirinto, debido al empleo de una producción no palacial, según  Halstead.

Esta tesis que sustenta que los migrantes egeos introdujeron grandes innovaciones en el modelo económico filisteo se ve comprobado también si observamos los cambios sufridos en el cultivo de plantas, específicamente, en la introducción de algarrobas, originarias de la población egea. Se ha descubierto que en el Hierro I se produjo un intensivo cultivo de esta planta en Filistea, lo que ha despertado un gran interés en los investigadores, pues los granos de esta planta pueden llegar a ser venenosos, teniendo que haber aprendido a prepararlos para que llegaran a ser aptos para el consumo.

INTERCAMBIO DE CULTURAS: COMERCIO O CASUALIDAD

Durante el siglo XII presenciamos que en Filistea existe una ausencia de objetos importados, además de que hay poca presencia de conexiones con Chipre.  Podemos interpretar, de otro modo, que Filistea y Chipre, debido a la semejanza material de los objetos encontrados, fueron ocupadas por migrantes egeos (o incluso por gentes del mismo origen).

Sin embargo, se han encontrado en Chipre diferentes objetos levantinos: ánforas encontradas en Maa-Paleokastro, procedentes del centro-sur levantino, que llegaron gracias a la existencia de contactos comerciales con el Levante durante todo el siglo XIII.

Además, algunas ánforas halladas en Filistea pudieron llegar a los puertos del norte a partir del comercio regional, para ser luego enviadas a Chipre (junto con otros bienes levantinos). Cabe destacar que las cosas comenzarían a cambiar a finales del siglo XII y mediados del XI, cuando en Filistea aparecen diferentes objetos de procedencia chipriota, sobre todo de producción local.

A partir de estos hechos, Sherratt (1998) interpreta este intercambio de cultura material como comercio. No obstante, casi no se han encontrado agregados comerciales chipriotas, por lo que esta teoría sería descartada. Habría que sobreentender la presencia de un pequeño contingente chipriota en la migración egea contemporánea a finales del siglo XII y principios del XI.

Pero la idea de un comercio regional no queda descartada del todo, pues aunque sean datos débiles los que nos han llegado, son muy relevantes. Por ejemplo, se han podido detectar dentro de los límites de Filistea unos vestigios de cerámica fina fabricada en distintos lugares a los del lugar del hallazgo.

El comercio de cerámica bicroma y lisa se intensificó notablemente a finales del XII, como se muestra en el origen de los conjuntos de Tel Miqne-Ekron, Ashdod, Tell Qasile (que se pudo expandir notablemente gracias al río Yarkón),…

El punto focal de este comercio en la región era el gran terraplén de Tell el-Sultan y las vías de confluencia de toda la región más importantes se encontraban en el norte: junto a Ashdod, la desembocadura del río Lachish, que pudo utilizarse como fondeadero o ruta hacia las montañas del sur de Judea; y en el sur: junto a Gaza, el valle del Besor, que posibilitaba la conexión entre el Mediterráneo y las ciudades de Tell el-Farah y Tell-Jemmeh.

EL OIKONOMOS FILISTEO

A partir de todos estos datos procedentes de diferentes investigaciones, podemos datar que la economía persistente en Filistea en el siglo XII se basaba principalmente en la agricultura intensiva, mientras que el débil comercio existente en aquella época tendría una importancia mucho menor.

Los granjeros que vivían en las ciudades fundamentalmente se dedicaban mayoritariamente a la cría de cerdo, con motivo de la fácil y rápida fuente de proteínas que aportaban estos animales. Sin embargo, también tenía gran importancia la cría de vacuno extensiva. Además, pudieron enriquecer  su dieta con las nuevas legumbres que habían obtenido de los inmigrantes.

La actividad económica se circunscribió a los límites políticos de Filistea, por lo que apenas hubo comercio a larga distancia o internacional, ni una implicación de los soberanos que repartieran el excedente entre la población. No obstante, no se descarta que los aristócratas recibieran mejores porciones de tierra o témenos (en la Antigua Grecia se designaban así a los terrenos delimitados y consagrados a un dios).

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Mapa de la situación de Filistea

Fuentes: 

Yasur-Landau, A., 2012. Los Filisteos: La migración egea a finales de la Edad del Bronce. Barcelona. Bellaterra.

Dothan, T. y Dothan, M., 2002. Los Pueblos del Mar: Tras las huellas de los filisteos. Barcelona: Bellaterra.

Hesse, B. y Wapnish, P., 1997. The Archaeology of Israel: Constructing the Past, Interpreting the Present, Sheffield, pp. 238-270.

Halstead, P., 1992. <> PCPS 38, pp. 57-86.

http://diariojudio.com/opinion/los-filisteos-un-pueblo-del-mar/1997/

SÍLABAS SIN TINTA

ESCRITURA Y ADMINISTRACIÓN FILISTEA

La sociedad filistea emergió del mundo egeo del siglo XII, que era una civilización posalfabetizada. Además, como consecuencia de la caída del sistema palacial minoico, la escritura lineal B y el sistema administrativo desaparecieron.

Debido a esto, no se han encontrado en Filistea textos en lineal B, que es el sistema de escritura heredado del griego micénico, el cual precedió a la lengua griega y consistía en signos silábicos. La escritura aparece en Filistea una o dos generaciones más tarde, en consecuencia de un aumento de la complejidad social y política, siendo un principio de necesidad.

No obstante, la emigración egea a Chipre aproximó a los filisteos a la escritura chiprominoica y, en consecuencia, a las tradiciones chipriota y levantina que componían el cilindro-sello y el sello-estampilla.

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Tablilla MY Oe 106, encontrada en Micenas en la «casa del vendedor de aceite», de circa 1250 a.C. Museo Arqueológico Nacional de Atenas, Tablilla 7671.

LAS TABLILLAS

¿Y esto como lo sabemos? ¿Cómo lo comprobamos? En Filistea, a pesar de su época tan pretérita en comparación con la nuestra, se han encontrado dos inscripciones lineales con apenas un par de signos, pero nos sirven perfectamente para apoyar las anteriores teorías sobre el origen de la escritura en esta civilización.

Ambas tablillas datan del siglo XI a.C. La primera inscripción se encontró en las excavaciones llevadas a cabo en Ascalón y se trata de un pequeño dipinto rojizo procedente de un fragmento que corresponde a una ánfora de almacenaje, por lo que podemos comprobar que la escritura se usaba principalmente como medio de administración.

La segunda inscripción se encontró en Aphek y es una pequeña tablilla de arcilla, de escritura lineal, y según el dibujo hecho a pluma por los investigadores Kochavi y Beck, podemos intuir posibles signos numerales, por lo que se trataría de una tablilla de uso económico.

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SELLOS E IMPRONTAS DE SELLO

Pero a la escritura también podríamos otorgarle otras funciones si observamos otro método que utilizaban como base para las inscripciones: los sellos e improntas de sello, que servirían para identificar al poseedor, a la familia de la que procedía, a sus antepasados, etc… Por tanto, podemos emparejar este significado del sello con los sellos cilíndricos encontrados en el periodo de Uruk.

En definitiva, no hay evidencia que demuestre que los filisteos sabían leer y escribir cuando llegaron, pero sí podemos estar seguros de que desarrollaron la escritura en consecuencia de la complejidad social de Filistea y la necesidad de tener un sistema uniforme de administración, adoptando las tradiciones de cananeos y chipriotas.

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Fuentes: 

Yasur-Landau, A., 2012. Los Filisteos: La migración egea a finales de la Edad del Bronce. Barcelona. Bellaterra.

https://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_filisteo

http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=3742

Kochavi, M. y Beck, P., 1990. The Egyptian Governor’s Residence and Its Finds (Israel Museum Catalogue 312), Jerusalén.

LA EXCAVACIÓN DE ASHDOD

Todos los yacimientos excavados en torno a la costa de Canaán parecían mostrar una ruptura sistemática de la ocupación a finales de la Edad del Bronce. En Ascalón, una de las cinco ciudades filisteas, Mackenzie observó en 1911 un grueso nivel de ceniza, que suponía un cambio de cultura: la cerámica filistea se hallaba por encima del nivel de destrucción. En Tell Qasile se evidenciaban también grandes cambios provocados por los filisteos.

A su vez, contamos con los relieves del templo egipcio de Medinet Habu de Ramsés III, que representan una lucha entre filisteos y egipcios. Este acontecimiento, datado a principios del siglo XII a.C., sirve para fechar el final de la Edad del Bronce, así como el primer asentamiento filisteo.

Sin embargo, en la fortaleza egipcia de Tel Mor, cercana a la filistea ciudad de Ahsdod, los tipos cerámicos parecían indicar que el final de los egipcios era anterior y se remontaba al momento de la primera invasión de los Pueblos del Mar, en tiempos de Merneptah. Aunque no se sabe con seguridad la identidad de los agresores de esta ciudadela, ya que aparecían entonces también  los primeros asentamientos israelitas, se confirma el ambiente turbulento de aquel momento histórico. A finales del siglo XIII a.C., la fortaleza estaba en ruinas. Poco después vuelve a levantarse, con asentamiento egipcio todavía. El descubrimiento más desconcertante era la ausencia total de evidencia arqueológica de un nuevo grupo, lo que cuestionaba la creencia de que ya en tiempos de Ramsés III, los filisteos habían arrasado las ciudades de la costa meridional de Canaán y ocupado la metrópolis de Ashdod.

El fin de la presencia egipcia y la llegada de los filisteos tiene lugar un siglo después de Ramsés III. La ciudad portuaria, en la que ya no se comerciaba, debido a la decadencia de las relaciones internacionales, era ahora una aldea agrícola filistea. El enigma que se plantea ahora es la identidad de los primeros invasores que destruyeron la fortaleza egipcia.

Según Moshe Dothan, el único yacimiento capaz de responder a estas preguntas era la ciudad de Ahsdod, una de las cinco capitales originales de los filisteos, que arrojaría luz sobre la transición del Bronce Final a la Edad de Hierro.

La última mención de Ashdod aparecía en los registros de la iglesia del siglo V d.C., cuando el obispo de la ciudad participó en los debates teológicos del Concilio de Calcedonia. Tras la conquista musulmana de Palestina en el 638 d.C., Ashdod se menciona fugazmente en las obras de cartógrafos árabes y en las crónicas europeas de las Cruzadas. En la Edad Media es una simple posta de caravanas.

El grupo de arqueólogos de Moshe Dothan, encontró restos cerámicos del Bronce Final idénticos a los de Tel Mor, así como de la época helenística, romana y bizantina.

A lo largo de siete campañas de excavación se descubrieron veintitrés niveles urbanos superpuestos, que permiten reconstruir la historia del auge y declive de la ciudad de forma continua.

Aunque se encuentran restos del Bronce Antiguo, es más probable que no existiera antes del Bronce Medio, cuando la ciudad estaba bajo influencia egipcia. La ciudad fue destruida completamente en el siglo XIII a.C., y reconstruida por uno de los Pueblos del Mar. A finales del siglo XIII a.C., ya era filistea.

La «cerámica de Ashdod» es un indicio de la existencia de una cultura filistea coherente en la costa cananea.

Asiria y Babilonia no afectaron sólo a Israel, sino que su emergencia fue también catastrófica para los filisteos. Tras el eclipse político y militar provocado por el rey de Israel, David (hacia 980 a.C.), los filisteos cesaron su expansión y vivieron cuatro siglos de desastres militares, descritos en textos asirios, babilónicos y en los textos de los profetas hebreos. A partir de ese momento, ya no supusieron una amenaza para el reino de Judá.

Una puerta de estilo «salomónico» fue encontrada en los yacimientos de la ciudad. Esto podía reflejar el control israelita sobre la costa y, muchos años después del colapso del reino de Salomón, la puerta siguió siendo uno de los principales puntos defensivos de Ashdod. Parece ser que doscientos años después de Salomón, se produjo un renacimiento filisteo en Ashdod, con una vuelta a la plena independencia, al control principal de las rutas costeras y a su rol en el comercio marítimo del Mediterráneo oriental,  completamente ausente en los relatos bíblicos del período.

Estos hallazgos suponen que el control israelita sobre los filisteos fue tan sólo temporal y que tras la división de la Monarquía Unida en Judea e Israel, los filisteos resurgieron como un poder comercial.

Más adelante, en torno al 750 a.C., el rey Ozías, de Judea, se enfrentó a Filistea y destruyó las murallas de Gab, Jabneh y Ashdod, como refiere la Biblia (2 Crónicas 26:6) y los hallazgos arqueológicos.

La ciudad de Ashdod tuvo que hacer frente muy pronto a un enemigo mucho más peligroso: Asiria, con Sargón II, destruyó Ashdod en el 712 a.C. La ciudad había iniciado ya antes una revuelta (algunas inscripciones se encontraban en Nimrud, capital asiria destruida recientemente por el ISIS), que fue reprimida definitivamente por Sargón II. Tras ello, la ciudad contó con una cierta independencia a condición de unos pagos tributarios pactados con los reyes asirios, pero más volvió a gozar de una independencia plena.

Se han encontrado restos a un metro de la superficie (el más importante una estructura de doce salas), relacionados con las ceremonias de culto durante esta dominación asiria. Parece ser que en el siglo VIII a.C. aquello era un santuario filisteo. Al parecer, toda la estructura estaba al servicio de un barrio industrial fortificado de la ciudad.

Se encontraron también dos grandes enterramientos colectivos, con masas de huesos que presentaban síntomas de violencia. En el primero, unos cuarenta y cinco individuos. En el segundo, cientos de esqueletos desmembrados. Era evidente que la ciudad de Ashdod había sufrido una masacre a finales del siglo VIII a.C., seguramente durante la conquista de Sargón II. Los supervivientes de la ciudad habían sido forzados a trasladarse encima del osario.

En la excavación se encontró una piedra de basalto negro, que formaba parte de una estela asiria de Sargón II que relataba sus proezas y victorias, pero no hacían referencia a la rebelión de Ashdod. Más tarde, descubrieron otro fragmento, que parecía referirse, ahora sí, a dicha rebelión.

Todos estos descubrimientos sobre el período asirio, además de la conquista asiria mencionada en Isaías, permitieron reconstruir el final violento de un largo período de control filisteo de la ciudad-estado de Ashdod.

Según las Historias de Heródoto, en esa época la ciudad de Ashdod (en griego Azotos), tenía una dudosa reputación que podría explicar su declive. Explica que el rey egipcio Psamético (gobernó entre 663 y 609 a.C.), dedicó veintinueve años al asedio y conquista de Ashdod y que esta ciudad resistió más tiempo que ninguna otra que él conociera.

Nabucodonosor, rey babilónico, conquistó Filistea hacia el 600 a.C., y un siglo después Zacarías anunciaba que los enemigos tradicionales de Israel (los filisteos) habían sido humillados y que un pueblo mestizo habitaría la ciudad.

La importancia comercial que tuvo la ciudad durante las Edades del Bronce y del Hierro se renovó tras la conquista de Alejandro Magno de todo el Próximo Oriente (332 a.C.). En el período helenístico algunas de las prácticas filisteas, como el culto al dios Dagón, se conservaron.

Fuentes:

Dothan, Trude; Dothan, Moshe (2002). Tras las huellas de los filisteos. Barcelona: Bellaterra.